jueves, 6 de junio de 2019

ALFONSO VI, IMPERATOR TOTIUS HISPANIAE. Colofón



            
                                                               Colofón


         A través del trabajo de investigación para documentar históricamente esta novela, me he encontrado continuamente con la abundantísima manipulación y tergiversación que se ha hecho de la auténtica Historia de España a lo largo de los siglos. En la mayor parte de los artículos consultados se hace constantemente alusión a Alfonso VI como rey de Castilla, muy pocas veces como rey de León, y se denomina a sus súbditos como castellanos o castellanoleoneses —término que ni siquiera existe en la actualidad, menos aún en la Edad Media—, pero nunca como leoneses. Resulta un poco extraño esto cuando estamos hablando del reino de León, o como mucho de la Corona de León, en la que se englobaban los reinos de León —hegemónico—, Castilla y Galicia, con Portugal incluido en esta última. La manipulación llega hasta el extremo de vedarte el acceso a alguna página de Google, con la amenaza de que, si la abres, tu PC va a resultar dañado. Con este aviso, que aparece en una página entera marcada por una “X” sobre fondo rojo y la advertencia, ¿quién se va a atrever a abrirla? Nadie o sólo algún valiente que no le importe arrojarse al fondo del piélago. Pero si alguien se decide hacerlo, verá que allí tan sólo se habla de Alfonso VI en el entorno de un congreso organizado en Sahagún de Campos, en el que se trata, eso sí, de sacar a la luz pública la verdad histórica sobre él y sobre el reino de León. Y ahí está el problema. ¿A quién le interesa que se difunda la verdad histórica de León y, por ende, de España? Yo diría que a nadie, al menos a nadie de los que hoy tienen el poder en sus manos y que están muy a gusto con las falsedades que se cuentan sobre la Historia de España. ¿Qué importa León, qué importa su Historia, si para los estamentos oficiales ni siquiera existe? León, para ellos, no es más que un apéndice de Castilla. Pero yo me pregunto, y pregunto al lector, ¿por qué ese empeño por ocultar la Historia de León y todo lo que concierne a éste?
También he podido observar que la imagen de Alfonso VI ha sido empañada, cuando no ninguneada, por la desmedida fama que le han dado al Cid Campeador. Éste ha sido encumbrado a la cima más alta de la fama sin que sus méritos fueran tantos, todo ello gracias al famoso Poema de Mío Cid y a la Historia Roderici, que ponderaron su fama sin límites y sin ajustarse en absoluto a la verdad histórica. Rodrigo Díaz de Vivar fue más bien un hombre demasiado ambicioso y pegado al oro andalusí y un vasallo demasiado díscolo con su señor, que no tuvo más opción que castigarlo con sendos destierros ante su petulancia e insubordinación. En contra de lo que dice el Cantar, después de seguir las gestas del gran rey leonés, debo terminar la presente obra con la siguiente frase lapidaria: ¡qué gran señor a pesar de no haber tenido un buen vasallo!

El Autor.

            © Julio Noel 

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