El silencio susurraba tu cálido aroma
en las cristalinas alas del céfiro
y tus ojos lloraban verdes lágrimas
que derretían el álgido ardor de mi tedio.
Era la noche de la ansiada calma
que buscaba en el profundo abismo de tus besos,
tú con una sonrisa carmesí
me arrojaste a las llamas del averno.
Tus cálidas fragancias encendían mi amor
en las negras noches del frío invierno
y la miel de tus labios fluía por mis venas
para endulzar la pena que oprimía mi pecho.
Rojos aromas y verdes fragancias
les susurraban a los oídos del silencio
palabras de amor y agradables melodías
que en la tétrica noche morían en el viento.
De Aromas de nostalgia
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