Los miasmas mefíticos del mundo
han incendiado la inocencia de las rosas,
con sus pestilentes exhalaciones
queman la fragancia de los aromas.
El carmín de tus pétalos se diluyó
en los suspiros de la aurora
para alejarse de este olor nauseabundo
que todo lo infecciona.
Tu belleza se refugia en la Arcadia divina
lejos de la Humanidad, que no razona;
va en busca del elixir de los dioses
y de unas fragancias primorosas
que murieron en este mundo
cuando aún sonreían las rosas.
Ya las flores no sonríen
ni se encienden de carmín las amapolas,
las estrellas desde lejos nos miran
con pena silenciosas
y los pájaros cantan melodías de dolor
entre lágrimas de aromas.
El mundo se muere entre miasmas
ahogando la dulzura de las rosas.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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