Como la hija del mar,
te acercaste a mí silenciosa,
envuelta en aromas de sal
y suspiros de olas
con una sonrisa carmesí en tus labios
y un rosario perlado en tu boca.
El aguamarina de tu mirada
encendió la hoguera de mi pasión, que loca
voló con alas de cristal
hasta el arrebol de tu aroma
para beber el fuego de tus ojos
en las llamas de tu boca.
Como la hija del mar,
viniste a incendiar las olas
y te alejaste de mí
envuelta en un racimo de rosas.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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