lunes, 28 de octubre de 2024

Las lágrimas eran lentas en la blancura de la inocencia

 

Las lágrimas eran lentas en la blancura de la inocencia,

lentas en la incertidumbre del miedo,

lentas

en la lentitud de las horas,

lentas en el ritmo amarillo del tiempo.

Por la fragancia de las azucenas

ascendía el dolor del engaño hasta cegar la luz de unos

ojos inmaculados.

Por los latidos de sus venas fluía hasta la mansedumbre

de sus corazones

rotos en el límite de su abandono,

heridos en la candidez de su mentira.

Dibujó el signo del miedo en la mueca de

sus labios

antes de apagar su última esperanza.

Cárcel de amargura llena de olvido y espanto.

De Cárcel de amargura 

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