Inmóvil está la luna besando
la dulzura de tu perfume con sus labios de plata
mientras tu sonrisa acaricia mi sueño
en el jardín de nuestra infancia.
Un racimo de aromas
desciende por la corriente del agua
cuando tus lívidos suspiros
se elevan hasta la estrella más alta.
La luna bebe la esencia
que en tu delirio derramas
al acariciar mis labios
con la dulzura de tu fragancia.
Tus besos se estrellan en mis labios
en esta noche clara
que ilumina nuestros pasos
por la senda de la esperanza.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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