Hoy recuerdo aquellas palabras dulces tuyas
que volaron en la blancura de las azucenas
como aromas de nostalgia
en una tarde eterna de primavera
o como el susurro de las flores
que cautiva a las doradas abejas
entre la fragancia de los heliotropos
y el perfume de la madreselva.
Recuerdo que tus palabras volaron
entre las alas de las libélulas
para besar la ternura del agua
que se alargaba hasta las estrellas.
Tus dulces palabras volaron
con los acordes de amarillas cadencias
que, suspendida en una retama,
desgranaba la alegre filomena.
Hoy recuerdo aquellos besos,
lívidos como pétalos de violeta,
que depositaste en mis labios
una tarde de primavera
cuando nuestros sueños volaban
en las alas de nuestras almas gemelas.
Tus palabras y tus besos se perdieron en un lejano ayer
que olvidar no quisiera
para vivir eternamente un sueño de amor
en el regazo de las estrellas.
Pero ese sueño se esfumó
y hoy sólo su recuerdo me queda
para revivir en sus lenes alas
el amor de una tarde de primavera.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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