El azul de tus aromas
se enrosca en la calma de los colores de la aurora
como el perfume de la madreselva en los labios de la rosa.
Tus fragancias iluminan la negrura de mi sombra
en los recónditos piélagos de azules olas.
Tus besos se derriten en el fluir de tus aromas
por los campos sembrados
de estrellas azules y rojas
en una mañana de primavera,
mañana primorosa,
que me dejó tus lívidos besos
en la caricia de una amapola.
En la fragancia de tus besos
tu boca se licuó en mi boca.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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