Contempla la Tierra desolada
por la locura del hombre,
sus negras cenizas gritan
de este a oeste, de sur a norte.
Las aguas ya no cantan cristalinas
por los ríos de nuestros mayores,
sus cristales de luz y plata
ya sólo son fantasmas en la noche.
Entre las verdes sombras de la fronda
revoloteaban las melodías de los pájaros cantores,
sus trinos ya no se escuchan,
sólo el ruido del hombre.
Por los prados y la floresta
sonreían los perfumes y colores,
¡ay!, ahora lloran lágrimas las violetas
y no ríen las flores.
En la noche se oía la música de las estrellas
y el silencio azul del orbe,
ya no se escucha el silencio
ni se ve la negrura de la noche.
De Las violetas lloran lágrimas azules
© Julio Noel
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