Rojos perfumes al aura exhalas
en el rosado manto de la aurora,
son hálitos que a las estrellas vuelan
de tus labios que palpitan y lloran.
Las cálidas fragancias carmesíes
que suspiran en tu encendida boca
encienden la suave luz que alumbra
en mi corazón las negras sombras.
Tus suspiros acarician el canto
amarillo que despierta la fronda
en el primoroso nacer del alba
entre rosados campos de amapolas.
En el azulado velo del cielo
se licúa la esencia de una rosa
que vuela en el silencio del aire
suspendida en un enjambre de aromas.
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