Sueños de oro corretean en mi fantasía
entre áureos aromas y árboles desnudos,
bajo su sombra se oculta la soledad
de un amor que acaso no fue de este mundo.
En la palidez del sol mortecino de otoño
veo correr la brisa verde de las olas,
en ella se van mis recuerdos y la caricia
de tu mirada que mi pena llora.
Hay en la noche un silencio azul
que grita el sonido de una fragancia
entre el parpadeo de las estrellas
y el sabor amarillo de mi añoranza.
Lágrimas de plata manan mis ojos
en el otoño de mis melancólicos sueños,
ya sólo sobre el árbol de la nostalgia
volveré a beber el licor de tus besos.
De Rosas de otoño
© Julio Noel
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