Sólo tu sonrisa sin las rosas
que te estaban mirando,
sólo el jardín de tus besos
en mis labios.
¡Y qué solos se quedan los aromas
carmesíes en mis manos!
¡Y qué solo se queda mi corazón
esta tarde!
El campo
se cubre de oros y amarillos
y apenas cantan ya los pájaros.
¡Cómo me hiere tu ausencia
en estos páramos!
¡Cómo lloran las rosas
en el jardín vacío de tus encantos!
¿Volverás otra vez a depositar
tu sonrisa en mis labios?
De Rosas de otoño
© Julio Noel
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