Pero ¿cómo recordar
el color de tu fragancia
si el terciopelo de tus mejillas
se marchitó bajo la sombra del agua?
Una lluvia de tristeza
ensombreció tu cara
mientras la canción del ruiseñor
huía en el verdor de una rama.
Los aromas de la tarde
derramaron lágrimas
en el carmín de una rosa
que lloraba suspiros de grana.
Jamás podré recordar
el color de tu fragancia,
te desvaneciste en el sueño
de mi nostalgia.
De Rosas de otoño
© Julio Noel
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