¡Flor que duraste un día
en la quietud de mis sueños!
¡Flor que duraste un día
en la brevedad del tiempo!
¿Dónde han ido aquellas fragancias
que llenaban de luz tus pétalos?
¿Dónde se han escondido los aromas
que encendían de mi pasión el fuego?
¿Dónde se ha ocultado el rubor de tu cara,
dónde la sonrisa que acariciaba los labios del viento,
dónde el mar de tu mirada,
dónde la dulzura de tus besos?
Me abandonaste en el dolor de mi mentira,
me abandonaste en la vorágine del océano
y ahora, en el otoño de mi vida,
sólo me queda soñar que sueño.
De Rosas de otoño
© Julio Noel
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