Tus rojos perfumes vuelan
en el silencio de la noche oscura
en busca de unos labios
que beban tu lujuria.
Derramada en tu boca
hay tanta ternura,
que hasta la fragancia de tus pétalos
se derrite en los labios de mi locura.
Por el dorado trigo que acaricia
la piel de tu cintura
va sembrando Céfiro cándidas flores
y sueños de ventura,
y mis besos se van derritiendo
en gotas de lluvia
que caen como ruborizadas fragancias
en el jardín de tu lujuria.
De Jardín de fragancias
© Julio Noel
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