Las gotas de lluvia que caen
en la palidez de tus labios
refrescan en mi memoria
los recuerdos de aquellos años
que vivimos en un sueño de color
donde todo era hechizo y encanto,
donde podíamos acariciar los aromas
con la blancura de nuestras manos.
Volaban como palomas
por los resquicios más arcanos
de un amor que se derretía
en un fuego helado.
Hoy la lluvia de tu boca
me trae besos amargos.
De Rosas de otoño
© Julio Noel
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