Te recuerdo soñando aquellas tardes de oro,
tus ojos claros como los cristales del agua,
tu mirada adelgazándose en el océano
y tus blondas sortijas acariciando el aura.
Eras tú, sombra del olvido,
que en mi pecho una hoguera incendiabas,
eras tú, perfume de azucenas,
incienso divino, azul fragancia,
frágil nube que surca el cielo,
etéreo ángel de incorpóreas alas.
Te recuerdo bebiendo la brisa del mar
con el color de tu mirada,
tu voz como el canto del jilguero
y la clara sonrisa de abril
acariciando los pétalos de tu cara.
Eras tú, aroma de primavera,
flor de olvido, sueño de mi esperanza.
De Jardín de fragancias
© Julio Noel
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