Adormecida en los suspiros
de oro y grana
te vi.
El cálido fulgor
de tu fragancia
vino hacia mí
en los efluvios de la mañana.
Tu redonda hermosura
de rubor inflamada
en la caricia del aura
y en los pétalos de tu cara.
Te vi vestida
de oro y grana
cuando tus labios se diluían
en los besos del alba.
Adormecido en el morir de la noche
bebí tu fragancia.
De Jardín de fragancias
© Julio Noel
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