Si alguna vez vuelves a mí
con tu perfume derramado,
no acaricies mis sueños,
no beses mis labios,
sigue la voz del viento,
sigue las lágrimas del llanto.
Yo beberé el aroma
en el carmín de otros labios,
beberé el dulzor de un vino nuevo,
de un vino amargo,
que derrame en mi boca
el sabor de tu engaño.
No vuelvas a mí
sin el carmín de tus labios,
no vuelvas, no,
con tu perfume derramado.
De Jardín de fragancias
© Julio Noel
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