Hoy subo con el peso de mi abandono hasta la orilla
del silencio para escuchar el llanto
de la melancolía.
Hoy subo con la angustia
en mis manos hasta la profundidad del dolor
para beber el acíbar de la soledad.
Hoy subo
con la nostalgia de la luz
hasta la negrura de la noche donde ya no
hay
melodías de paz.
Hoy quisiera volar en la transparencia de unas alas
hasta los topacios azules
de la inmensidad.
De Cárcel de amargura
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