Eran horas de melancolía que caían sobre la amargura
de mi llanto, eran horas detenidas en el umbral
de mi dolor.
Una lluvia de frío y soledad
caía en las laderas del desencanto
hasta congelar los latidos
de mi corazón.
Una lluvia de ausencia y olvido sobre la quietud
del tiempo en los páramos perdidos.
Y una palabra rota sobre unos labios
heridos.
¡Cuánta nostalgia detenida en los pliegues
de mi llanto! ¡Cuánta lluvia
de frío y soledad!
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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