Bajo la luz plateada de la luna libábamos
el agridulce aroma de la nieve salada
que volaba en las azules alas del céfiro
hasta los confines de mi cárdena nostalgia.
En tus ojos relucía el color de las olas,
de tus labios se escapaba un suspiro escarlata,
susurraba en los árboles el gemido del viento
y mi pasión encendía el rubor de tu cara.
La luz de las estrellas se desmayó en el cielo,
la luna lloró en el espejo del agua,
tus labios se ajaron cual pálidas amapolas,
de tus ojos se borró la luz esmeralda,
toda tú te esfumaste en los suspiros del tiempo
y te alejaste en los hilos de plata.
¿Por qué te perdí yo en aquella clara noche?
Hoy mi corazón sólo palpita amargas lágrimas.
De Lágrimas de plata en la noche
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