¡Qué sola estabas en mis recuerdos!
Tu sonrisa se dibujaba
en el carmín de unos pétalos
que por mí suspiraban.
¡Qué sola estabas en mis sentimientos!
Tus besos se deshacían
en el rubor de un aroma
que en el aire ardía.
¡Qué sola estabas en mis sueños!
Tus ojos lloraban
en el arrullo de las olas
de tu mirada.
De Pétalos rojos
© Julio Noel
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