Otra vez la sombra de tu fragancia
se sumerge en la espesura de la noche
y tengo que beber el perfume de tus pétalos
en el agua sin orilla que fluye por el hueco de tu mirada.
En el vacío de tu ausencia
se esconde un lago de verdes esperanzas
lleno de sueños y brumas.
Flores de niebla cubren sus orillas
y pájaros de espuma revolotean
por la penumbra de tus pupilas.
Una lluvia de amapolas incendió
la inmensidad de la noche
y dos lágrimas de plata rodaron
de la melancolía de la luna.
Mi sueño se desbocó en la llanura gris
de la mañana.
De Pétalos rojos
© Julio Noel
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