Desde una noche herida de verano
recordé el dolor de tu ausencia
que se rompió en mi boca
como la mirada curva en un espejo.
Mis labios, manchados de sangre,
mancillaron la herida de tus pétalos
derramando dolor sobre el cristal del agua.
Me asomé a la boca de tu ausencia
y sólo vi la cicatriz de tu pasión
que se perdía en la curva del silencio.
Una bofetada de aire tibio hirió mis palabras
que se desangraban en el arco rojo de tus labios
cuando mi dolor se rompía
en los cristales del agua.
Entonces mis labios bebieron
la ausencia de tu mirada.
De Pétalos rojos
© Julio Noel
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