Aún recuerdo aquellos cabellos sueltos,
hebras de oro que doraban el viento
cuando caminabas
por la senda de mis sueños.
Tus labios suspendidos
en las hojas de mis recuerdos
y mis palabras rotas
entre el aroma de tus pétalos
que se derramaba por el cristal del agua.
Una sonrisa tuya
vino a robarme un beso
cuando la tarde ya moría.
Aún recuerdo cómo caían tus caricias sobre mi piel
como la lluvia de otoño
sobre los ocres y amarillos de la espesura.
Y en tu mirada se perdía un océano
de ternura.
¡Ah, qué lejos quedan aquellos recuerdos!
De Pétalos rojos
© Julio Noel
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