Cuando muera, quiero que me entierren en el olor
que exhalan tus labios de fresa,
quiero que cubran mi cuerpo con los aromas
de las rosas, los heliotropos y las madreselvas.
Quiero beber las ruborosas fragancias, el perfume azul
y las níveas esencias
en el largo camino del silencio
que me lleve hasta ti en las estrellas.
Una voz de plata hablará a mis oídos
un lenguaje mudo que yo sólo entienda
para guiarme por la senda del silencio
y abrirme paso entre las tinieblas.
En el silencio de las olas,
bajo la suave luz de las estrellas,
beberé el aroma de tus labios
para que mis labios no mueran.
De El susurro del silencio
© Julio Noel
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