El rubor de tus labios le gritó a mi pecho
susurros de amor que no podía callar,
un aroma silencioso se alargó hasta el mañana
por donde subían cantando las olas del mar.
El dolor de tu mirada vibró al viento
como el verdor de las ramas al ver tu aliento pasar,
una ola de fragancias inundó el azul
y la herida de mi pecho comenzó a sangrar.
Mis labios quisieron besar el color de tus pétalos,
pero tu perfume se rompió en espuma y sal,
por el jardín de mi esperanza se desvaneció el eco
de un suspiro que se perdía en el susurro del mar.
Esperé tu llegada bajo la luz de las estrellas
cuando la luna sus lágrimas comenzaba a derramar,
pero el rubor de tus labios le gritó al viento
que el dolor de mis labios no podía besar.
De El rumor del silencio
© Julio Noel