A G.A. Bécquer
¡Qué silencio tan ensordecedor se esconde
entre tu mirada y la mía
cuando, al cruzarse nuestros caminos,
yo no te veo y tú no me miras!
Sólo nosotros dos conocemos
el amor que nació aquel día
cuando nuestras miradas se rozaron
y nuestros corazones estallaron de alegría.
Pero tu orgullo calló entonces
y en mi garganta murió la palabra no dicha,
en tus ojos asomó una lágrima
y en mi pecho se abrió una herida.
Hoy como ayer, al cruzarnos,
nos preguntamos por qué aquel día
tu orgullo enmudeció tu corazón
y mi lengua no dijo lo que sentía.
De El rumor del silencio
© Julio Noel
No hay comentarios:
Publicar un comentario