Una mañana de abril tus lágrimas
encendían el cendal de la aurora
con níveas llamas de fuego
que quemaban el color de tu aroma.
En el velo del alba se derritió
el carmín de tu boca
cuando mis labios quisieron besar
la sonrisa de una rosa.
Entre blancos jazmines huye
el rubor de mi pasión loca
que no pudo beber tus lágrimas
ni el carmín de tu aroma.
Por el río fluyen mis penas
que en la mar se funden solas
entre los suspiros del aire
y el rumor de las olas.
De Sonrisas y lágrimas de primavera
© Julio Noel
No hay comentarios:
Publicar un comentario