En alas de nieve
inmaculadas voces me trasladaban a un paraíso de ensueño,
a un sueño de luz. En sus albinas alas
volé sobre la altura de mi llanto,
sobre la hondura de mi
lamento.
Volé sobre el mar de mis recuerdos
y me perdí en la inmensidad de los océanos,
en la inmensidad azul.
Por un momento abandoné el abandono
y olvidé el olvido,
por un momento me olvidé de mí
y habité mi sueño de luz.
Por un momento bebí la dulzura
del mundo.
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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