Como lluvia herida que brotara de mis párpados amarillos resbalaba
el grito de dolor por la herida de la soledad. Abandonado
entre tanto lirio
ante mí sólo había sombras de amargura
y noches de melancolía,
noches de olvido que borraban el color de mis recuerdos
y el llanto de unos pétalos marchitos.
¡Oh luz llena de oscuridad!
Con mis manos atadas a los barrotes de la amargura,
¿por dónde vuelan ahora mis sueños, aquellos sueños
blancos de mi locura,
aquellos sueños blancos
que recorrían el azul del cielo?
¿Por dónde salta ahora la transparencia
de aquellas risas cantarinas que apagaba mis penas?
¡Oh sombra de luz que has dejado mi corazón
malherido!
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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