Como una lluvia de melancolía caían sobre mí los días del abandono
y el olvido, como una lluvia amarilla que regaba la tristeza
de mis manos y los latidos de mi dolor.
Solo en mi soledad
mis ojos no veían el canto
de la inocencia
ni mis oídos escuchaban la candidez
de su blancura.
Solo en mi soledad
mi llanto recorría el cauce de la amargura
por el río del sufrimiento.
Una sombra se interpuso entre mi soledad y mi delirio,
y unos ojos se clavaron en la albura de mi candor.
¡Lluvia de melancolía que llenas de dolor
mi olvido!
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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