Tu luz plateada se derrama por las tinieblas
en el melancólico amanecer de la noche
como láctea llama sideral
que emblanquece las tenebrosas sombras del orbe.
Esplendente navegas por el río de plata
con tu carro de luz y tu cara de azogue,
vas sembrando vivo fuego de nieve
por los campos de estrellas que recorres.
Tu imagen de diosa redonda se refleja
en el cristal de las aguas dulces y salobres,
por todas partes esparces racimos de luz
y blancas sonrisas que iluminan la noche.
Cuando su manto extiende la alborada
tus blancas sonrisas y cara de plata escondes,
se apaga tu vivo fulgor de nieve
y te desvaneces tras el velo azul del orbe.
De Lágrimas de plata en la noche
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