Recuerdo lágrimas ocultas en amaneceres de espanto,
amargura derramada por el borde del silencio,
palabras mudas entre la ira y los pájaros.
¿Hasta dónde puede llegar la sumisión
de un alma encerrada en la cárcel de la soledad?
¿Hasta dónde puede llegar el dolor de un corazón
herido?
Aún perdura en mí la sonrisa colorada de las flores,
el suspiro azul del viento,
el susurro cristalino del río
o el canto melódico
del ruiseñor
en la espesura de la noche.
¡Oh dolor almibarado entre barrotes de acíbar!
¡Oh pájaros azules en la transparencia de la luz!
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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