viernes, 8 de marzo de 2024

Hubo un tiempo en que se secaron las fuentes de mis ojos

 


Hubo un tiempo en que se secaron las fuentes de mis ojos

y el frío mordía las uñas del sueño.

Bajo la álgida blancura se cobijaba

la tristeza de unas manos incapaces de esconder

la amargura del corazón.

Las horas se deslizaban lentamente y los pasos del silencio

resonaban en mis oídos como lejanas notas arrancadas por el viento

a la melodía del vacío.

Se abrió la luz

a un cielo de transparencia

y beatitud,

pero una sombra diabólica serpenteó por el olvido.

¡Ah, melancolía derramada en la amargura de mis ojos y

en el llanto de mi corazón!

De Cárcel de amargura 


© Julio Noel 

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