Susurros maléficos se ocultan en la oscuridad del silencio.
Por las paredes del insomnio ascienden voces pérfidas
pronunciadas por labios sin rostros,
gritos desesperados
que huyen
de los látigos del miedo,
murmullos diabólicos que se zambullen en lo más hondo
de mi sueño.
Una luz cárdena rozó la angustia de mis párpados
y lágrimas urentes se derramaron
por las laderas del vacío.
Cadenas de amargura aprisionan un corazón abandonado
en la soledad del olvido.
¡Ah los lejanos días de la libertad!
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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