En una noche de ausencia sin límites vi caer la ira
de una mirada sobre el asombro
de la inocencia.
Lirio blanco en las alas del sueño.
Oculté mis ojos en el resplandor de las tinieblas
para no oír la mirada que se cernía sobre la blancura
del lirio.
Una copa de acíbar se derramó en los labios de mi corazón
y el silencio de la noche se llenó de una extraña amargura.
Pasos amarillos del sigilo de una sombra
rozaron mi soledad
perdiéndose en el silencio amargo
de la noche.
Y yo permanecí prisionero en el olvido.
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
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