Traspasé la línea azul de mis ilusiones y esperanzas cargado de sueños
y me di de bruces con las tinieblas del miedo.
Sobre la albura de mi inocencia cayó la ira de una sombra
que no se apartaba de mí.
En la caverna de sus ojos brillaba el ascua de la iniquidad.
¡Ah la sangre helada en el dolor de las venas!
¡Ah el temor amarillo en la crudeza de las horas!
Una mirada cruel ascendió hasta la altura de mi abandono
y de unos labios rotos
brotó el susto de una palabra
que perforó la quietud del silencio.
Un río de amargura rodó por el llanto de los lirios
y en la acritud de sus aguas se llevó la pena
de mi desencanto.
Vi el miedo dibujado en el asombro de muchos rostros.
De Cárcel de amargura
© Julio Noel
No hay comentarios:
Publicar un comentario