Hirió mi piel
el olor a violetas de tus manos,
manos como pétalos de amapolas
que volaron hasta el borde de mis sueños.
Una lluvia de plata borró la noche
y un silencio azul despertó
el gorjeo de los pájaros.
Tu mirada se hundió en un océano
y tu sonrisa
se rompió entre mis dedos.
La noche
se derramó sobre tu ternura
y mi nostalgia bebió el aroma
de tus besos.
De Pétalos rojos
© Julio Noel
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