La lluvia de abril
ríe por las laderas
de morados aromas
y blancas azucenas.
Bebí la sonrisa de tus labios
una mañana de primavera
que tus fragancias se llevaba el viento
caminito de la alameda.
Bajo la sombra de los álamos
se escondían dos verdes gemas
que hirieron mi corazón
con sus afiladas flechas.
Mis labios quisieron besar
dos pétalos de fresa
que se ocultaban en el verdor
de la alameda.
Su carmín se desvaneció en el aire
y su aroma se ahogó en mi pena
antes de que pudiera besar
esos corales de fresa.
La lluvia de abril
ríe por las laderas
de morados aromas
y blancas azucenas.
De Sonrisas y lágrimas de primavera
© Julio Noel